top of page

Rubicón: El cambio de las Niñas y Niños a los 9 años.

Actualizado: 28 dic 2024




¿Qué es el rubicón?


Todo educador (Madres, Padres, Maestros y familiares) que conviva con Niñas y Niños de alrededor de nueve años, puede notar que es diferente. En esta edad pasan por una serie de cambios que marcan una "mini-pubertad", esta transición no se acompaña de cambios físicos evidentes, y por ello, a veces suele pasar desapercibida, o atribuirse a un "problema" del Niño; las reacciones emocionales que empiezan a ser mÔs intensas, no necesariamente es por rebeldes y volubles, muchísimo menos un indicador de que la adolescencia ha llegado (hay que esperar algunos años mÔs para ello). Es común que no sepamos a qué atribuir los cambios que empezamos a notar y que no reaccionemos adecuadamente a ellos.


Los niños y niñas de esta edad estÔn atravesando lo que en la pedagogía waldorf se llama rubicón, una etapa natural de desarrollo en la que se dejan atrÔs el mundo mÔgico de la niñez, puede ser una etapa difícil porque la sensación es la de estar perdiendo el paraíso terrenal que representaba el apego con sus padres y se sienten de manera contundente separados de aquellos que habían cubierto por completo sus necesidades emocionales, lo cual puede ser abrumador.


El rubicón es parte del desarrollo sano de los niños.


Pasar por esta etapa es necesario para el desarrollo de su individualidad, es importante que los adultos lo veamos como un proceso natural y deseable, y también es valioso que entendamos que nada de eso lo hace mÔs fÔcil para los chicos. Imagina encontrarte de repente solo en el mundo, después de toda tu vida sentirte integrado y protegido, sin querer, sin darte cuenta, iniciar un camino en el que la sensación es de separación de la seguridad que conocías; es comprensible tener sentimientos de tristeza, soledad, miedo, confusión y hasta enojo.


Como parte del proceso empiezan a cuestionarse muchas cosas que hasta ahora habĆ­an sido completamente certeras: Āæme quieren mis papĆ”s?, Āæsoy parte importante de esta familia?, Āæme quieren mis amigos?, Āæsoy adoptado?, ĀæpreferirĆ”n a alguien mĆ”s que a mĆ­?. Y con ellos pueden aparecer reclamos como quieres mĆ”s a mi hermanoā€, nunca me escuchas, no me quieres, nunca me haces caso, que nos hablan de los profundos sentimientos que estĆ”n teniendo y que serĆ­a importantĆ­simo que los atendamos desde SU necesidad, y no la molestia que puede generarnos su actitud; la cual tambiĆ©n es vĆ”lida, porque convivir con un niƱo o niƱa en etapa de rubicón, plantea un reto interesante a los educadores.


Para complementar un poco mƔs de lo que los niƱos viven, hay que agregar que la muerte empieza a concebirse de una manera muy diferente, por primera vez se ve como algo real o definitivo, ocasionando como es natural, miedo a morir o a que las personas importantes mueran; esto a veces se manifiesta de manera sutil, aparecen miedos que ya se habƭan superado (a la oscuridad, los monstruos o quedarse solo) o bien, aparecen algunos nuevos, enfermarse, tener un accidente, que sus padres salgan, separarse, etc.



El papel de los adultos en el acompañamiento del Rubicón


El rubicón es una etapa que puede representar un reto, para el niño, para su familia y sus compañeros y maestros. Somos los adultos los responsables de informarnos, entender, validar y afrontar sanamente esta etapa de crecimiento, atendiendo a sus necesidades y orientando con compasión para hacerles sentir seguros y acompañados en este proceso.


Es fundamental que los educadores entendamos que las actitudes de las niƱas y niƱos en esta etapa siempre tienen un porquƩ y aunque a veces los percibamos como caprichosos, llorones, rebeldes o inestables necesitan que VALIDEMOS lo que estƔn sintiendo, esto quiere decir dar espacio a sus sentimientos, en lugar de minimizarlos o pretender eliminarlos, decirles no tengas miedo o no te sientas asƭ resulta sumamente invalidante por un hecho muy obvio: asƭ se sienten. Palabras como entiendo que te sientas asustado, veo que estƔs molesto, se que te sientes triste, pueden ser mƔgicas, porque permiten a los niƱos ser libres de sentir lo que sea que estƩn sintiendo en lugar de pelear contra algo que no pueden controlar.


Validar no se trata de darle rienda a la emoción y fomentar que crezca, involucra un balance entre no minimizar/anular y no potencializarla; asĆ­ mismo, acompaƱarles en esos momentos, hacerles sentir que estamos ahĆ­, que les protegemos y estĆ”n seguros puede ser un reto cuando no estamos acostumbrados a hacerlo, porque nos implica eso: ESTAR AHƍ, en todos los sentidos, acompaƱarles verdaderamente, con paciencia, amor y compasión.


Orientar cómo afrontar sanamente estos sentimientos es otra de las funciones que tenemos como adultos, que incluye necesariamente las dos anteriores, esto puede variar enormemente dependiendo de la situación y lo que creamos que funcione en un momento determinado. En conjunto puede ser algo como: entiendo que estÔs enojado porque crees que siempre te regaño a ti y no a tu hermana, gritarme y contestar de esa manera es algo que no voy a permitir que hagas, si necesitas un momento puedes tomar un espacio tu solo o puedo acompañarte, o bien, me parece comprensible que tengas miedo si piensas que voy a morir, a mi también me da mucho miedo perderte, pero aquí estoy contigo y todo estÔ bien, vamos a dejar esa sensación un ratito y sola va a irse, ¿necesitas que te abrace?.

Estas frases variarĆ”n dependiendo de la situación en la que estemos y las palabras que sean nuestro estilo utilizar, si pudieramos determinar un ā€œesquemaā€ para armarlas serĆ­a: validar – mostrar cómo afrontar – cubrir la necesidad emocional (de compaƱƭa, protección, seguridad, empatĆ­a, escucha, amor).



El rubicón en los adultos que acompañan, ¿qué considerar?


Es perfectamente comprensible que a los educadores tambiƩn nos resulte abrumador el afrontar esta etapa, requiere mucho dominio de nosotros mismos para no actuar desde nuestras propias emociones, y eso es todo un reto. Este momento de nuestros niƱos nos obliga a CRECER y ser mejores, podemos aplicar esas frases y esas formas de afrontamiento tambiƩn con nosotros mismos.


Por Ćŗltimo, comentar que es comĆŗn que esperemos mucho de ellos, porque los vemos como niƱos grandes, o cuasi-adolescentes, pero no lo son, hay que recordar que son NIƑAS y NIƑOS todavĆ­a, de hecho son sus Ćŗltimos atisbos de niƱez. Es importante asumir nuestro rol de autoridad y hacer uso de nuestro criterio para el acelere de convertirlos en adolescentes (algo que la sociedad hace cada vez mĆ”s rĆ”pido). Tener cuidado a la hora de elegir cómo se visten, quĆ© actividades, pelĆ­culas, aparatos, permisos y contenidos a los que tienen acesso, ya que aunque parezca, hay cosas para las que emocionalmente aĆŗn no estĆ”n preparados.


Evitemos acortar su niñez y alargar su adolescencia (lo serÔn hasta mÔs o menos los 21 años), ya que no los harÔ madurar mÔs pronto, sólo se conseguirÔ poner sobre sus hombros una carga mÔs pesada que la que emocionalmente pueden cargar y de la que es necesario. Recordemos que las decisiones nos corresponden a los adultos y que hasta este momento es totalmente normal que necesiten de nosotros.


Probablemente si a todos los adultos nos preguntaran si querríamos volver a ser niños, muchos de nosotros sin dudarlo responderíamos afirmativamente, ¿porqué entonces apresurarlos a dejar atrÔs su niñez?, hay que permitir que los niños sean niños, ya llegarÔ el momento en que dejen de serlo, cuando estén listos.


Ideas bÔsicas del Rubicón


  • Los cambios en el estado de Ć”nimo y actitudes de las niƱas y niƱos a los 9 aƱos es normal, parte de su proceso de individuación, necesario para crecer y madurar.

  • Es valioso que los educadores tengamos información acerca de lo que se espera en esta etapa para acompaƱarlos compasiva y empĆ”ticamente en este proceso.

  • Esta etapa, en la pedagogĆ­a waldorf, se llama rubicón.

  • Lo mejor que podemos hacer, es entender que es normal, validar lo que sienten, acompaƱar sus dudas y temores y ayudarlos a afrontar positivamente estas situaciones difĆ­ciles.

  • Las decisiones importantes nos corresponden a los adultos, no a los niƱos. Ellos pueden elegir algunas cosas sencillas, eso es importante, pero no pongamos sobre ellos el peso de decidir sobre su vida, eso serĆ” mĆ”s adelante.

  • Si necesitas saber cómo llevar a la prĆ”ctica los puntos anteriores, mantente atento a nuestro blog, acĆ” compartiremos información que puede ayudarte en la retadora tarea de ser Padre/Madre y Criar con Amor.









33 1716 3936

Santo Tomás de Aquino 5314 La Estancia, C.P. 45030, Zapopan, Jal.

  • WhatsApp
  • Facebook
  • Instagram

© Misión Waldorf 2025

bottom of page