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Foto del escritorEquipo de Misión Waldorf

¿Cuáles son los beneficios de aprender a leer a los 7 años?

Actualizado: 23 ago 2022



A diferencia de los modelos tradicionales, en la Pedagogía Waldorf la lectoescritura se inicia con la primaria, a los 7 años. Durante el preescolar, se trabaja en desarrollar y fortalecer habilidades, aptitudes, actitudes y emociones sobre las que se fundamentará todo el conocimiento intelectual que viene en grados superiores.


Con frecuencia, los padres sienten inquietud por esta forma de abordar el aprendizaje, claramente alejada de lo que conocemos como la norma. Sin embargo, el hecho de que algo sea lo más conocido, lo tradicional y se haya hecho por mucho tiempo, no necesariamente significa que es lo mejor y muchísimo menos que aplique para todos los niños.


Aprender a leer implica una evolución en el niño, equiparable a la evolución que la humanidad misma ha tenido: primero se desarrolló el lenguaje hablado, después, las personas empezaron a hacer dibujos para comunicar sus ideas, a esto le siguieron una serie de símbolos (como los jeroglíficos de las antiguas civilizaciones), los cuales llevaron al desarrollo de las letras que actualmente utilizamos.


Una vez que se desarrolló el lenguaje escrito, las personas aprendieron a leer. Esta es la misma secuencia en la que se enseña la lectura en la Pedagogía Waldorf.



Para explicar un poco más, consideremos algunos aspectos fundamentales en la Educación Waldorf:


La importancia de la palabra hablada


En la cual se centra la educación desde el nacimiento hasta los 7 años. En el preescolar, el énfasis de programa está en lo verbal, los niños aprenden versos, rimas y escuchan todos los días la narración de cuentos de hadas, cuentos populares y de la naturaleza.


Las maestras son cuentacuentos especiales, teniendo cuidado de no cambiar palabras y simplificar el lenguaje los cuentos, pues su riqueza está precisamente en el uso de un lenguaje vasto. También cuidan de utilizar una pronunciación clara y no hacer un énfasis exagerado en la narración, pues esta introducción a la literatura es la base de la alfabetización.


Esta inmersión en la palabra hablada también ayudará más adelante a los niños, cuando llegue el momento de aprender a escribir y deletrear.


La repetición ayuda a la retención


La misma secuencia e historias se repiten todos los días en la organización por ritmos propia de los preescolares Waldorf, la mayoría de ellas agrupa a los niños en círculo, para que todos tengan un lugar, durante aproximadamente 3 semanas. Los niños aprenden de memoria estos cuentos, canciones y versos.


Rudolf Steiner (creador de la Pedagogía Waldorf)  enfatizó la importancia de la repetición desde el desarrollo de esta pedagogía. Además de que las investigaciones más recientes acerca del cerebro y la mente confirman que la repetición ayuda al desarrollo del cerebro de los niños, las conexiones de billones de neuronas se refuerzan con las experiencias que se repiten.


La escritura comienza con belleza


En primer grado de primaria, el alfabeto se introduce de manera imaginativa y pictórica, no hay libros, no hay hojas de trabajo, ni materiales prediseñados. Cada letra del alfabeto se presenta como una imagen que represente un elemento de una historia que el maestro cuenta a los niños, y es él mismo quien dibuja este diseño que esconde la letra.


Por ejemplo pueden escuchar un cuento del Ganso de Gustavo, el maestro les presenta un dibujo que tiene una “letra escondida”. Como la imagen que compartimos a  continuación en la que la G se esconde los Gansos, y de esta forma, una vez descubierta la G, los niños dibujarán en la tierra, arena, en la espalda de su compañero, en papel y en diferentes materiales y situaciones para que vivan la letra.



Es claro que de esta manera el aprendizaje no sólo es más significativo para el niño, sino también más armónico y hasta divertido. Pues que los niños desarrollan una relación viva con cada letra, en lugar de simplemente memorizarlas.


Después de aprender todas las letras, el siguiente paso es copiar la escritura del maestro en sus cuadernos de lecciones principales, que son los libros que los niños crean durante el ciclo escolar.


Estas primeras oraciones e historias provienen de la experiencia de los niños y la primera práctica de lectura, es la de su propio texto.


Esta progresión puede ilustrarse con la siguiente actividad típica en las Escuelas Waldorf: el maestro escribe un poema en el pizarrón, el cual los niños ya se saben de memoria. A través del reconocimiento entusiasta y alegre de los sonidos y palabras familiares, comienzan a leer el poema y luego lo escriben en sus libros.



Leer empieza de manera natural


El último paso es aprender a leer textos más largos, que generalmente comienza en segundo grado y continúa hasta tercer grado. Aquí vale la pena recordar que la lectura requiere habilidades de decodificación que se desarrollan a diferentes edades en cada niño.


En la Educación Waldorf, se entiende que aprender a leer se desarrollará naturamente a su propio ritmo para la mayoría de los niños, siempre y cuando se les brinde el apoyo adecuado.


Así como un niño normal y saludable aprenderá a caminar sin que le enseñemos, y así como un niño aprende milagrosamente a hablar su lengua materna a la edad de 3 años sin lecciones, hojas de trabajo o diccionario, un niño aprenderá naturalmente a leer cuando tiene una relación positiva con la palabra hablada y escrita y se le han proporcionado las herramientas y habilidades necesarias.


Cuando se impone una edad en la que el niño debe leer y escribir, especialmente si es antes de tiempo, genera tensión en los niños y en las familias. Es muy común que desde preescolar ya sepan leer y escribir, aún cuando los niños no se encuentren listos, y se considera un retraso que requiere de nivelación si para algún punto del ciclo escolar el niño no lo logra.


Además del grado de desarrollo, otra variable que en algunos casos dificulta el aprendizaje de la lectoescritura es la forma de introducirla, a través de la memorización y la abstracción, habilidades aún no desarrolladas en una etapa temprana de desarrollo, y sin considerar las características personales de los niños.


Tristemente, si el niño no aprende a esa edad y con esa metodología es común que se considere que tiene un problema y se le ponga una etiqueta errónea, lo cual trae una carga emocional y a nivel de autoconcepto muy importante.


Cómo aprendemos determina para siempre la relación que tendremos con esos aprendizajes, si el proceso de adquisición de la lectoescritura ha sido demasiado temprano, demasiado forzado, demasiado demandante y hasta hostil, se corre el riesgo de dañar la confianza que el niño tiene en sí mismo, su autoconcepto y es altamente probable que se convierta en una persona que “no le gusta leer”.


La idea de mientras más rápido es mejor no aplica para todo, probablemente el proceso que se ha descrito en este blog parezca mas lento que el tradicional, sin embargo no hay que pensarlo mucho para darnos cuenta que hace sentido, y los niños que aprenden desde la Pedagogía Waldorf se regularizan y hasta superan en lectura de comprensión, capacidad lectora, vocabulario y fluidez escrita y verbal a los que han aprendido tradicionalmente, además de que disfrutan muchísimo más la lectura de un buen libro, escenas como la que compartimos a continuación son comunes en nuestra comunidad.






Si la prioridad en tu familia es fomentar el amor y la curiosidad por aprender, ser pacientes es la mejor opción. Si quieres conocer más, por favor acércate a nosotros.



Texto traducido e inspirado de https://www.waldorftoday.com/2018/05/7-benefits-of-waldorfs-writing-to-read-approach/

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